29 julio, 2011

Fenómeno

Y llegó la fecha. 23-J para la historia. La vuelta, la resurrección. Cercano al aniversario de la prohibición catalana, resurgió. Con su vuelta, la Fiesta tomo oxígeno durante unos días. Asfixiada por la política hipócrita y el nacionalismo "sinvergüenza", ese nudo desapareció. La repercusión que ha tenido el acontecimiento, la fecha en sí, hacía años que no se vivía. En todas las televisiones y telediarios. En todos los periódicos y revistas. Una ciudad saturada, paralizada y concentrada. Donde ni se podía dormir y donde ni tan siquiera se podía comer. Todo girando alrededor de la Fiesta, como siempre ha sido, como nunca debería de haber dejado de ser. Algunos no se dan cuenta. Mientras las "figuras" hacen su fiesta por su lado, trincando, reunidos e intentando ir siempre lo más cómodos posibles, José Tomás se dedica simple y llanamente a torear. Fiel a un concepto, es el único torero que mira por la fiesta en activo, intentando que cada tarde sea un acontecimiento. Es, por tanto, por lo que la distinción histórica de Figurón del toreo solo la merece él. Por su entrega y su integridad, hace que sea un ejemplo a seguir, en el cual el toreo discurre por el concepto de la pureza y el romanticismo. En el que la persona vive para torear y el toreo existe para vivir. El camino que nunca debió de dejar la Fiesta. Lo demás es totalmente superfluo. No existe nada. La demagogia, de aquéllos que no quieren ver, suena lejana, el único ruido que importa es el de la Fiesta taurina, el de una tarde a rebosar, el de un día para no olvidar. Repercusión y plaza llena. No hace falta más.
Mientras tanto, Morante paseando su concepto único por todas las plazas que lo reclaman. Destinado a ser el único torero que dispute el trono de Rey del toreo, la gestión, la estrategia, y su propio ambiente, todo ello más que discutible, hace que se quede en otro torero más, totalmente distinto y extraordinario, pero en el circuito del sistema. Y el sistema aburre, y mucho.

06 julio, 2011

Se hizo la luz


La forma más apasionante de vivir. Alejado de la simple existencia. Torear para la vida y torear para el mundo. Apasionado. Sin pedir nada a cambio. Vidas entregadas. Almas satisfechas.

15 junio, 2011

Romance



Romance, en el lugar más romantico. A compás de lo clásico. Amor entre Morante y Nîmes. Romanticismo embriagador.

10 junio, 2011

Reflexión obligada II

Se acabó Madrid.
La beneficiencia, de capa caída ya, ha dejado más maltrecho el corazón morantista. Que no embisten. Ea. Y las condiciones del maestro tampoco acompañan. Se le ha visto más taciturno en las últimas tardes. Días como Jerez o la reciente Sanlucar, fueron un bálsamo. Madrid, la cruda realidad. Los toros en las tardes importantes no embisten y eso afecta. Y mucho.
Curro Vázquez se está pasando. Sus "buenas intenciones" en cuanto a la elección en el toro, lo paga en la plaza. Si no hay verdad en un primer momento, es complicado que lo haya después. Todos pensábamos que era cuestión de mala suerte, y gafes a parte, la mala gestión está haciendo que él se encuentre en un momento complicado. Al borde. En el filo.
Las consecuencias pueden ser terribles. Para la fiesta y para el apoderado. Para la fiesta, porque no nos podemos permitir un fin de temporada anticipado. Y para el apoderado, porque se quedaría sin su principal baluarte. Gracias a Morante, entra su mimado en todas las ferias. Un 2x1. Pero a Cayetano se le acaba el crédito. Las ilusiones del primer año se diluyen. Las limitaciones asoman. En todas las ferias por el intercambio. Le queda poco a este torero, y daremos gracias.
Morante a lo suyo, esperemos que reencuentre la felicidad, la ilusión. Que se reencuentre el torero y la persona que llevan un par de días distantes. Que entre en la plaza inspirado y consciente. Consciente del privilegio que es tenerle, consciente de su capacidad. La tauromaquia hecha persona. La persona hecha torero.
Nosotros a esperar. Como siempre. Paciencia, virtud suprema del morantismo.

29 mayo, 2011

Ensueño

Terminó todo. Ya se marcha la sultana señora. Mayo, se desvanece en cada esquina, consciente de su daño. Ha vuelto a romper los corazones, ha vuelto a dejar huella. Todo lo vivido se agolpa en recuerdos vanos a cada instante. La rúbrica, mágica. La tarde de Manzanares en Córdoba puso el final antes de lo esperado, después nada fue lo mismo. La brisa de la nostalgia enredaba temprano la cabellera de Mayo. Despeinando su sonrisa, tornando su mirada. Mayo se ha ido.
Manzanares en Córdoba volvió a redondear. Volvió a retorcer el tiempo, cogiéndolo, como si suyo fuera, y en nada lo dejó. Es su dueño. Hace lo que quiere. Lo para y llega al corazón. El tiempo en todos sus sentidos, muleta en mano y llenando la plaza. El tiempo en su justa medida, el cual no es tiempo. El tiempo medido, el que no pasa. El tiempo templado, el cual es toreo. Cuando el tiempo sale de las agujas y atraviesa los cristales, no es tiempo, es emoción. Emoción en sentido estricto, de el la piel de gallina y la lágrima en el ojo. Ese es el milagro. El mesías que cruzaba la orilla en Sevilla, cada vez está mas cerca. El mesías pregona toreo y rezuma cadencia. El mesías ha llegado. El milagro soñado del temple, del que lo ha hecho suyo. Quien es dueño del temple, lo es del tiempo. Y quien es dueño del tiempo, lo es del toreo.
La puerta grande un sentimiento. Las cosas que llegan al corazón, salen por el corazón. Las cosas que no necesitan explicación no caben en un renglón.

15 mayo, 2011

Privilegiados

Lo vivido en Jerez, es poco probable que se vuelva a vivir. La tarde era perfecta, el marco el ideal y el lugar el idóneo. Y los toreros en un nivel imposible. En un nivel de toreo único. Poniendo el listón donde sólo llegan los elegidos. Los toros posibilitaron la locura.
Morante inspirado y arrebatado. Con el capote con el repertorio al completo, en todo su esplendor. Verónicas, chicuelinas y delantales en ese aire exquisito que sólo él nos puede ofrecer. Con la muleta asentado, apostando y tragando. Dejó tandas de derechazos extraordinarias, la pata palante. Con la izquierda profundidad como bandera. Las banderillas en corto, sin aspavientos y en la cara. Pureza en definitiva. Un par al quiebro en la retina. No se dejo ganar la partida por el nuevo torero del siglo XXI y se entregó en cuerpo y alma. Estamos en un momento único, debemos reconocer el privilegio de disfrutar de esta tauromaquia hecha persona. De esta persona hecha toreo. Privilegiados hoy, echaremos en falta mañana. Disfrutemos.
Manzanares ha vuelto a ir más allá. El jamón serrano corría por los tendidos y el público parecía no tener hartazgo. El fino de la despaciosidad refrescó el alma y embriagó el corazón. La locura estaba completa. La resaca asegurada. Es capaz de hacer feliz con una muleta y eso se agradece. En una tanda puso la camisa de fuerza a los allí presentes, dejándola muerta y tirando de ella sin tirar. Se los pasó muy cerca y todo tan despacio que parecía no acabar. El concepto de empaque en la RAE tiene ya una segunda acepción: Jose María Manzanares hijo. La primera, el padre. Esta es su temporada, y lo que le queda. Otro privilegio.
Los que estuvimos allí no se nos olvidará. Jerez, da lugar a todo esto. Las plazas con solera inspiran y eso se nota. El toreo es inmensidad, y en Jerez se desbordó.

10 mayo, 2011

Reflexión obligada

Después de lo visto en Sevilla, la temporada para Morante se prevé dura. Dura e insoportable.
La temporada, la pasada, en la que se optó por apostar, pudimos ver una renovación en la persona y en su tauromaquia. Renovado por dentro y por fuera, servían todos los toros y la regularidad había llegado al toreo de arte.
Como artista, la regularidad en su toreo terminó pasando factura y de qué manera. Lo habíamos avisado.
En Sevilla, donde realmente empieza la temporada, se le ha visto más taciturno, más serio, más mermado en lo físico. Puede que su bajón psicológico sea fruto de una temporada anterior de lucha con cualquier toro, tuviera o no condición, consecuencia de la expectación creada a su alrededor y la necesidad de que el nuevo morantista viera aquello de lo que tanto se le había hablado. Pienso yo.
El invierno habrá dado que pensar y llegar a la conclusión de que ese no es el camino. Esto, unido al gafe de los corrales, hace que todo se haga más cuesta arriba. La guinda de esta mala suerte ha sido el paso por Sevilla: en un primera tarde en la que salieron tres toros extraordinarios (se indultó uno) ninguno cayó en sus manos. Y en la segunda tarde, también hubo toros para los otros dos espadas, en mayor o menor medida, y a Morante, nada. Las verónicas a su segundo toro, en esa misma tarde, paradigma de esto. Impotencia y rabia en las mismas. Y ninguna es buena compañera de viaje, y menos, en un torero artista.
Puede que en esa mala suerte influya su tauromaquia. No torea para el toro, ni acompaña su embestida en los primeros compases. Pero debe ser así. Su concepto lo pide. Un concepto tan único, una exquisitez tan escasa, no merece de medias tintas. O blanco, o negro. El no andarse con rodeos con toros que no le permiten ni un segundo de lucimiento, es la consecuencia de esto. Y esto traerá otra peor: todos aquellos que se subieron al carro en la temporada de la regularidad, en la temporada de la lucha, no serán capaces de entender que un toro "no sirva". Temporada insoportable que nos espera. Temporada de broncas. Pero como debe de ser.