10 mayo, 2011

Reflexión obligada

Después de lo visto en Sevilla, la temporada para Morante se prevé dura. Dura e insoportable.
La temporada, la pasada, en la que se optó por apostar, pudimos ver una renovación en la persona y en su tauromaquia. Renovado por dentro y por fuera, servían todos los toros y la regularidad había llegado al toreo de arte.
Como artista, la regularidad en su toreo terminó pasando factura y de qué manera. Lo habíamos avisado.
En Sevilla, donde realmente empieza la temporada, se le ha visto más taciturno, más serio, más mermado en lo físico. Puede que su bajón psicológico sea fruto de una temporada anterior de lucha con cualquier toro, tuviera o no condición, consecuencia de la expectación creada a su alrededor y la necesidad de que el nuevo morantista viera aquello de lo que tanto se le había hablado. Pienso yo.
El invierno habrá dado que pensar y llegar a la conclusión de que ese no es el camino. Esto, unido al gafe de los corrales, hace que todo se haga más cuesta arriba. La guinda de esta mala suerte ha sido el paso por Sevilla: en un primera tarde en la que salieron tres toros extraordinarios (se indultó uno) ninguno cayó en sus manos. Y en la segunda tarde, también hubo toros para los otros dos espadas, en mayor o menor medida, y a Morante, nada. Las verónicas a su segundo toro, en esa misma tarde, paradigma de esto. Impotencia y rabia en las mismas. Y ninguna es buena compañera de viaje, y menos, en un torero artista.
Puede que en esa mala suerte influya su tauromaquia. No torea para el toro, ni acompaña su embestida en los primeros compases. Pero debe ser así. Su concepto lo pide. Un concepto tan único, una exquisitez tan escasa, no merece de medias tintas. O blanco, o negro. El no andarse con rodeos con toros que no le permiten ni un segundo de lucimiento, es la consecuencia de esto. Y esto traerá otra peor: todos aquellos que se subieron al carro en la temporada de la regularidad, en la temporada de la lucha, no serán capaces de entender que un toro "no sirva". Temporada insoportable que nos espera. Temporada de broncas. Pero como debe de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario