Cuando el suave trazo del capote, manejado con sinpar soltura, va dibujando el arte.. todo tiene su porqué.
Cuando la barbilla se clava en el pecho, interpretando la pureza, y acomodando el viaje.. todo tiene su porqué.
Todo tiene su porqué, en el momento que con el compás cerrado, y sólo con la cintura, el muletazo tiene hondura, fondo y ser.
Todo tiene su porqué, cuando con los brazos a media altura, los ayudados se dibujan, con el suave giro de muñeca, y de cintura, cuando el olé, atraviesa los entresijos del alma, y Él, que torea, se mece con su fragancia.
Todo tiene su porqué, porque sabiendo que na vas a ver, te conformas con verlo aparecer.
Total... si esque todo tiene su porqué.
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